Injustas acusaciones de El Salvador en contra de México
Por Carlos Santos, periodista y escritor de El Salvador
El gobierno salvadoreño a través de la viceministra de Diáspora y Movilidad Humana de la Cancillería de El Salvador, Cindy Portal, exigió de manera irrespetuosa la renuncia de las personas que son responsables de la política migratoria de México.
Cada país tiene sus propias políticas internas, que rigen su funcionamiento, si Cindy Portal, desde este nuevo y rimbombante viceministerio exige la renuncia de autoridades de otro país, antes debería de revisar el trabajo que ha venido desarrollando el gobierno de Nayib Bukele.
Un país que exige debe responder antes sus ciudadanos, asumiendo responsabilidades y culpas propias.
Durante los años de este nuevo gobierno populista que encabeza Nayib Bukele, las políticas dirigidas a sus ciudadanos han estado enfocadas en las constantes violaciones de los derechos humanos, del ciudadano de a pie y un descalabre de la economía salvadoreña, dando origen a una población en desbandada que huye de la muerte, las torturas policiales y la miseria. Recientemente en una encuesta el 98 por ciento de la población joven salvadoreña afirmó que las aspiraciones eran de emigrar a los EEUU, ya que en el país no había oportunidades, ni de empleo ni de superación.
Para el actual gobierno lo importante no ha sido crear políticas de contención para evitar la fuga de sus ciudadanos.
Actualmente este gobierno de manera perversa fomenta la emigración irregular, esa que pone en peligro a sus miles de sus ciudadanos, porque la economía se sostiene gracias a las remesas recibidas.
Durante la campaña política el actual gobernante salvadoreño prometió fortalecer la economía, terminar con la corrupción y combatir la delincuencia. Llegando a los casi 4 años de su gobierno, lo único que ha hecho es combatir a los delincuentes, con los que al igual que los gobiernos anteriores, pactó una tregua, que al romperse llegó en pocos días a un centenar de víctimas inocentes. Al combatir a los delincuentes ha violado los derechos humanos y se ha afianzado en el poder cada día más, limitando los derechos ciudadanos, perfilándose como un dictador,.
Ahora no se trata de seguir culpando en una espiral sin fin, para justificar las malas y pésimas políticas propias; sin embargo, es la constante de este gobierno culpar a otros, ya sean gobernantes, opositores, defensores de derechos humanos, estadistas, para justificar el Estado fallido que se ha creado en El Salvador, sino de asumir -repito- responsabilidades y culpas propias.
El gobierno salvadoreño empuja a sus ciudadanos al abismo, con el afán desmedido de la codicia por las remesas, y no importa si en el camino mueren sus ciudadanos, al final siempre habrá culpables que señalar, y ciudadanos que ansiosos de una vida digna abandona el país.
Si el gobierno mexicano obedeciera el llamado de la viceministra Cindy Portal, en reciprocidad debería de exigir la renuncia de los encargados de la seguridad y bienestar de los salvadoreños.
Porque es tan fácil exigir la renuncia públicamente, cuando fue México quien otorgó un donativo para fomentar políticas de bienestar ciudadano, dinero que no se supo donde fue a parar. Porque ahora esas exigencias de renuncias en nada solventaran el constante riesgo de los emigrantes salvadoreños, que en desbandada abandonan un país hundido cada día más en la miseria, el crimen y el abuso de sus gobernantes.